¿En qué consiste?

La Termografía Infrarroja es la técnica que permite al ojo humano poder “ver” en una zona del espectro electromagnético que naturalmente le está vedada. Esta zona corresponde a las longitudes de onda que identifican a la radiación que conocemos como “infrarroja” (IR) y que se denomina precisamente así por encontrarse por debajo del color rojo hablando en términos de frecuencias.

La luz visible (LV) se extiende en el intervalo de longitudes de onda entre 0.40 y 0.75 micrones, mientras que el IR (a continuación de la misma en el espectro), ocupa la franja de 0.75 a 1000 micrones, es decir, se confunde en el campo milimétrico con las microondas (MO).

Los límites entre las diferentes radiaciones del espectro no son exactos y debería en realidad hablarse de “zonas de transición”, donde las radiaciones se superponen y gradualmente unas van dando paso a las otras, sin límites marcados entre ellas. Pero también es evidente que para su estudio es conveniente delimitarlas de alguna forma, por lo que hay valores más o menos coincidentes en las distintas bibliografías.

Existen radiaciones aún más energéticas que el IR y la LV, como son los rayos equis (Rx) y los rayos gamma (Rγ).

Observando el espectro electromagnético hacia el otro extremo, es decir hacia el lado de las mayores longitudes de onda y menores frecuencias (lo que equivale decir las menores energías), encontramos además de las mencionadas microondas, las ondas de televisión (TV) y las ondas de radio (OR).

Volviendo a la porción del espectro que más nos interesa, el IR, y si contáramos con un instrumento capaz de “ver” de alguna manera la zona infrarroja, podríamos tener una interesante y única visión del universo térmico que nos rodea, y así poder saber si la persona que tenemos al lado está más enojada que de costumbre; medir y estudiar fenómenos del universo a distancias siderales a partir de su “huella térmica”; detectar un componente recalentado que está a punto de colapsar y provocar una falla/incendio en un sistema eléctrico ó mecánico; rescatar personas perdidas en el agua, en la nieve, en los bosques; detección precoz de enfermedades como el cáncer de mama; y así una lista sin límites de aplicaciones donde la termografía es casi irremplazable.

Los instrumentos que permiten estas aplicaciones se conocen como “cámaras termográficas”.

A partir de esta posibilidad, sólo la imaginación será un factor limitante en sus aplicaciones.

Aplicaciones

El calor de los cuerpos (en rigor de verdad, la energía) lo podemos ver mediante cámaras termográficas provistas de sensores especialmente construidos para operar en la faja adecuada del espectro electromagnético. Estas cámaras son livianas (pesan menos de 1 kg usualmente), son fáciles de operar (tienen pocos botones para su control) y además son de altísima resolución y sensibilidad, con capacidad para discriminar diferencias de temperatura en pantalla bastante menores que 0.1ºC.

Para la medición de la temperatura  cuentan con distintas funciones en pantalla, como puntos, áreas, perfiles, isotermas, etc. Esto se hace desde distancias seguras, sin contacto con el objeto o componente a medir, y con altísima exactitud cuando el termografista es personal calificado. En definitiva, la cámara termográfica nos permitirá detectar el “punto caliente” o anomalía térmica, medir su temperatura para evaluar la gravedad de la misma, y finalmente grabarla digitalmente para su posterior procesamiento en PC y generación del reporte final.

La termografía en los últimos 40 años se ha expandido en forma incesante a todas las áreas de la actividad humana: medicina, industria, biología, ecología, cosmología, etc..

Dentro del área industrial, podríamos clasificar en forma muy general las aplicaciones de la termografía en 3 grandes grupos:

Se detectan “puntos calientes” en conexiones eléctricas, en las cuales la falta de apriete/contacto, el óxido o la corrosión generan un aumento de la resistencia al pasaje de la corriente, y en consecuencia un punto con sobretemperatura (ley de Joule). También se detectan cables recalentados, ya sea por desequilibrio de cargas, falta de sección o problemas en el material aislante (envejecimiento). Muy importante también es la detección en mayores tensiones (MT, AT) de efluvios en cables y en cuerpos de equipos de protección por concentración del campo eléctrico, suciedad, fugas de corriente, etc..

Se detectan recalentamientos en rodamientos, cojinetes, acoples, carcasas de motores, escobillas/carbones, etc.

Detección de zonas internas con falla en equipos refractados en los que el recalentamiento se origina en fisuras, daños o caída del refractario. También la detección de aislaciones falladas reporta grandes beneficios en tanques y sistemas de almacenamiento o transporte de productos fríos o calientes, y donde la causa es el ingreso de humedad o daños o falta de espesor en la aislación.

Beneficios

Los grandes beneficios que la técnica termográfica permite obtener, son:

  • Disminución de costos por paradas no programadas
  • Aseguramiento del funcionamiento óptimo y continuo de equipos y sistemas a partir de su aplicación como técnica predictiva
  • Mantenimiento eficiente y barato
  • Reducción de los costos de inspección
  • Aumento de los ingresos
  • Incremento de la seguridad de las personas
  • Protección de las instalaciones
  • Realimentación con información útil para mejoras de diseño y de procesos
  • Proporcionar información valiosa para el cuidado del medio ambiente y la salud ocupacional

Generación de informes

Las imágenes que son colectadas en el campo por el operador en forma digital, luego son descargadas a la PC/notebook mediante conexión USB, tarjetas de memoria removibles, o bien en forma inalámbrica. Se las procesa y analiza, generándose por último un reporte impreso a color. Dicho informe contiene los registros de los puntos calientes o anomalías en la forma de “termogramas” (que no es otra cosa que la foto térmica del objeto), clasificados según su “estadio de gravedad”. También se agrega una foto visual de dicho componente para completar la información del reporte.

De esta forma, el personal de mantenimiento puede evaluar y priorizar las reparaciones, organizar al personal asignado y prever el stock de repuestos en el tiempo.

Estos informes  a su vez son duplicados pero en forma digitalizada, en formatos estándar (ej. PDF) que pueden ser enviados por e-mail en forma inmediata a las distintas áreas involucradas.

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